viernes, 31 de diciembre de 2010

El verdadero amor..


El camino del verdadero amor es serpenteante, angosto y apenas puede transitarse portando carga de cualquier género. Has de desprenderte de todo porque por el verdadero amor a todo has de estar dispuesto a renunciar.
A veces incluso los creyentes los que buscamos sinceramente a Dios en cada instante de nuestras vidas olvidamos que sólo lo alcanzamos y experimentamos la dicha de la vida plena cuando vivimos en su Amor. Pero el amor que Le profesamos sólo se manifiesta a través de nuestros semejantes. Y pasamos gran parte del tiempo dormidos, con los ojos del alma cerrados, ensimismados en nuestro día a día sin entender, que sólo vemos verdaderamente cuando en silencio, en soledad, buscamos el encuentro, cara a cara, con el Señor en nuestro corazón.
Y a la luz de su mirada es cuando vemos, cuando comprendemos, cuán apagado e insignificante resulta el brillo de amor de nuestra pobre alma. Nos ensimismamos tanto en nuestras propias vivencias, que nos olvidamos de mostrar cariño a nuestros hermanos, apenas nos alcanza el tiempo para nuestras obligaciones, cuando vivir en el Amor es con todo, lo único importante.
Incluso en nuestro amor a Dios, en el lógico afán por compartir este tesoro, queremos mostrar nuestros puntos de vista, nuestras vivencias, cómo una vía, cómo una enseñanza…

Vive ogni momento!

Ancora un 31 dicembre, un altro; ancora una fine che segna un nuovo inizio, un ricominciare daccapo ciò che si è già vissuto ripetutamente nel tempo precedente, ma che pur lo si affronta come possibilità di un tempo di nuova specie.
Se tutto ritorna, le stesse cose di prima non possono mai più essere come prima: tornano, ogni volta, come infinita possibilità di divenire ciò che non sono mai state prima. Ma non in quanto le cose passate non abbiano alcun valore; ciò che è stato, pur se accompagnato da una insopprimibile sensazione di inconsistenza, di vacuità, è “tempo vissuto” e, in quanto tale, mai tempo “perso”.
C’è un tempo per mangiare, ed uno per lavorare; un tempo per seminare ed un altro per raccogliere; un tempo per piangere ed uno per gioire (cfr. Qo 3,1-8): c’è sempre tempo che chiede, ogni volta, di essere accolto e vissuto in pienezza.
Eppure, per molti di noi, è naturale giungere al termine di ogni anno con la voglia di seppellire un passato sempre troppo ingombrante: un carico di delusioni, sconfitte, fallimenti, errori che affastellano il pensiero di ricordi tali da formare, il più delle volte, una zavorra che pesa e condiziona quell’incedere a testa alta!

Dalle tenebre una luce!

Se un mirabile incontro è avvenuto nella Notte Santa le cose del passato sono lasciate, se una nuova vita è sorta, lo sguardo è proteso verso orizzonti di indicibile chiarezza che conducono laddove si è sempre desiderato stare. E’ un incontro che accade nell’oscurità della notte, nel buio delle tenebre, quando si è ormai assopiti, stanchi, sopraffatti, quando il pensiero è fermo, le emozioni sono spente, la volontà è bloccata, la bocca è chiusa; quando un nuovo bagliore ci viene donato dentro un tale stato di nullità, il corpo disteso sul giaciglio del suo sonno, si ridesta per intonare il canto della gloria e, finalmente, per intraprendere quel viaggio che non si era mai fatto prima.

“In una notte oscura,
con ansie, d’amor tutta infiammata,
- oh felice ventura!-
uscii, né fui notata,
stando già la mia casa addormentata”
(S. Giovanni della Croce, Notte oscura)

lunes, 27 de diciembre de 2010

Eucaristía y responsabilidad

"Comenzamos cada una de nuestras eucaristías suplicando la misericordia de Dios. Probablemente, no hay en la historia del cristianismo otra oración más frecuente e íntimamente repetida como la súplica Señor ten piedad... Es el grito del pueblo de Dios, el clamor de todos los contritos de corazón.
Pero sólo es posible articular este grito cuando estamos dispuestos a confesar que de algún modo nosotros mismos tenemos algo que ver con nuestras pérdidas. Pedir misericordia significa reconocer que el culpar de nuestras perdidas a Dios, al mundo o a los demás no responde plenamente a lo que de verdad somos...
Celebrar la eucaristía exige de nosotros vivir en este mundo aceptando nuestra corresponsabilidad por el mal que nos rodea y que nos invade. Mientras sigamos empeñados en quejarnos de los difíciles tiempos que nos ha tocado vivir, de las terribles situaciones que tenemos que aguantar y del insoportable destino que hemos de afrontar, jamás podremos llegar a la contrición, que sólo puede proceder de un corazón contrito. Cuando nuestras pérdidas son mero fruto del destino, nuestras ganancias son mero producto de la suerte. El destino no conduce a la contrición, ni la suerte al agradecimiento.
De hecho, tanto nuestros conflictos personales como los conflictos a escala regional, nacional o mundial son nuestros conflictos, y sólo podemos superarlos reivindicando nuestra responsabilidad respecto de ellos y optando por una vida de perdón, de paz y de amor".
Henri Nouwen

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Manifestación del Misterio Escondido

Hay un único Dios, hermanos, que sólo puede ser conocido a través de las Escrituras santas. Por ello debemos esforzarnos por penetrar en todas las cosas que nos anuncian las divinas Escrituras y procurar profundizar en lo que nos enseñan. Debemos conocer al Padre como él desea ser conocido, debemos glorificar al Hijo como el Padre desea que lo glorifiquemos, debemos recibir al Espíritu Santo como el Padre desea dárnoslo.
En todo debemos proceder no según nuestro arbitrio ni según nuestros propios sentimientos ni haciendo violencia a los deseos de Dios, sino según los caminos que el mismo Señor nos ha dado a conocer en las santas Escrituras. Cuando sólo existía Dios y nada había aún que coexistiera con él, el Señor quiso crear el mundo. Lo creó por su inteligencia, por su voluntad y por su palabra; y el mundo llegó a la existencia tal como él lo quiso y cuando él lo quiso.
Nos basta, por tanto, saber que, al principio, nada coexistía con Dios, nada había fuera de él. Pero Dios, siendo único, era también múltiple. Porque con él estaba su sabiduría, su razón, su poder y su consejo; todo esto estaba en él, y él era todas estas cosas.

martes, 21 de diciembre de 2010

A Natale..


A Natale più che mai è opportuno ricordare che non abbiamo altra luce all’infuori di Cristo, nato per noi oggi. Rifettiamo sul fatto che egli è disceso dal cielo per essere la nostra luce e la nostra vita. È venuto, come egli stesso ha detto, ad essere nostra via, per la quale possiamo ritornare al Padre. Cristo ci dà oggi luce per conoscere lui nel Padre e noi stessi in lui, in modo che, così conoscendo e possedendo il Cristo, possiamo avere una vita imperitura con lui nel Padre. Questa infatti è la vita eterna: che possano conoscere te, Padre, unico vero Dio, e Gesù Cristo, che tu hai inviato; e ancora: A tutti coloro che lo hanno ricevuto egli ha dato il potere di diventare figli di Dio. […] Dopo aver capito ancora una volta chi è colui che viene a noi, e aver ricordato che egli solo è la nostra luce, apriamo dunque gli occhi al Sole che sorge, affrettiamoci a riceverlo e accorriamo insieme a celebrare il grande mistero della carità che è il sacramento della nostra salvezza e della nostra unione in Cristo. Riceviamo Cristo in modo dal poter essere in tutta verità luce nel Signore e che Cristo possa brillare non solo per noi ma anche attraverso noi, in modo che possiamo tutti ardere insieme nella dolce luce della sua presenza nel mondo: intendo dire la sua presenza in noi, perchè noi siamo il suo Corpo e la sua Chiesa.
T. Merton

El mundo entero espera la respuesta de Maria.

Has oído, Virgen, que concebirás y darás a luz un hijo. Has oído que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta: ya es tiempo de que vuelva al Señor que lo envió. También nosotros, condenados a muerte por una sentencia divina, esperamos, Señora, tu palabra de misericordia.
En tus manos está el precio de nuestra salvación; si consientes, de inmediato seremos liberados. Todos fuimos creados por la Palabra eterna de Dios, pero ahora nos vemos condenados a muerte; si tú das una breve respuesta, seremos renovados y llamados nuevamente a la vida.

Virgen llena de bondad, te lo pide el desconsolado Adán, arrojado del paraíso con toda su descendencia. Te lo pide Abraham, te lo pide David. También te lo piden ardientemente los otros patriarcas, tus antepasados, que habitan en la región de la sombra de muerte. Lo espera todo el mundo, postrado a tus pies.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Está con nosotros


Antes de que nazca Jesús en Belén, Mateo declara que llevará el nombre de «Emmanuel», que significa «Dios-con-nosotros». Su indicación no deja de ser sorprendente, pues no es el nombre con que Jesús fue conocido, y el evangelista lo sabe muy bien. En realidad, Mateo está ofreciendo a sus lectores la clave para acercarnos al relato que nos va a ofrecer de Jesús, viendo en su persona, en sus gestos, en su mensaje y en su vida entera el misterio de Dios compartiendo nuestra vida. Esta fe anima y sostiene a quienes seguimos a Jesús.
Dios está con nosotros. No pertenece a una religión u otra. No es propiedad de los cristianos. Tampoco de los buenos. Es de todos sus hijos e hijas. Está con los que lo invocan y con los que lo ignoran, pues habita en todo corazón humano, acompañando a cada uno en sus gozos y sus penas. Nadie vive sin su bendición.
Dios está con nosotros. No escuchamos su voz. No vemos su rostro. Su presencia humilde y discreta, cercana e íntima, nos puede pasar inadvertida. Si no ahondamos en nuestro corazón, nos parecerá que caminamos solos por la vida.
Dios está con nosotros. No grita. No fuerza a nadie. Respeta siempre. Es nuestro mejor amigo. Nos atrae hacia lo bueno, lo hermoso, lo justo. En él podemos encontrar luz humilde y fuerza vigorosa para enfrentarnos a la dureza de la vida y al misterio de la muerte.
Dios está con nosotros. Cuando nadie nos comprende, él nos acoge.

Esperar con Maria.

En el cuarto domingo de este tiempo litúrgico la figura de María de Nazaret cobra especial relieve: ella es la que acoge en su seno fecundo el proyecto de Dios, y con su confianza, su asentimiento, su fidelidad, se hace cooperadora de lo Divino. La imagen de María, que gozosamente espera un hijo, es el símbolo más claro de que siempre hay un mañana. La mujer sabe que tras los dolores del parto llega la alegría de una nueva vida, desbordando futuro. Así entramos en la Navidad: confiando, anhelando, acogiendo, ofreciendo. Así queremos recibir también el nuevo año. Así tendríamos que vivir siempre, como quien se sabe fecundo, portador de vida. Imagino a María, sentada junto a José, al calor de una lumbre, en medio de la noche, contemplando un cielo repleto de estrellas. Ella toma la mano de José y la pasa por su vientre hinchado. ¡Qué gozo pensar en el hijo que va a nacer! Porque, más allá de toda vicisitud, un hijo es un don para el mañana, y todo don ha de ser motivo de alegría y de alabanza.
María y José saben que Dios les ha bendecido, y esperan.
Es humano sentir cierta inquietud ante el futuro que les aguarda, pero no sienten miedo. El hijo por nacer aparta todo temor de sus corazones.
Dios ha hecho una promesa, y ahora la misión es ESPERAR.

La grazia del Natale


“E’ proprio dell’amore abbassarsi” (Teresa di Lisieux, Ms A 2v° ): Dio sceglie di venire ad abitare in mezzo ai suoi, di nascere da un grembo di donna, di crescere sostenuto dall’amore di un padre e di una madre, di condividere con un gruppo di amici la stessa passione. Dio sceglie di rendersi incontrabile nella concretezza della quotidianità, irrompe nella storia con un gesto di supremo abbassamento e tanta è la piccolezza con la quale si presenta che solo le fattezze di un bambino sono rese capaci di esprimere l’amore che lo alimenta. L’atto del donarsi all’uomo nella condizione di una povertà che mendica accoglienza, mostra il volto di un Dio che sconvolge le regole della regalità. Si immette nella storia nell’anonimato, una presenza discreta che non si impone ma che, semplicemente, si pone a fianco e misericordiosamente sostiene; una presenza che c’è, che attende di essere riconosciuta e abbracciata.

martes, 14 de diciembre de 2010

El amor es el objeto y meta de la contemplación

El amor es el objeto y meta de la contemplación y, por lo mismo, lo que debe buscarse desde el principio sin rodeos y hacerse realidad. El amor quiere estar con el amado: por eso el orante se pone en la presencia de Dios, o mejor, realiza en su espíritu la verdad de que Dios le tiene desde siempre en su presencia particular. Nada se interpone entre él y el Amor Eterno "Cuando hay uno solo no hay mediador" (Gal, 3, 20) Todo cuanto brotará en la contemplación, se dasarrollará en el marco de esta presencia. Lo que yo oiga de la Palabra de Dios, lo que pueda encontrar y sentir de luz y alegría por la gracia de Dios, lo que resulte en alabanza de Dios y en provecho mío, tendrá su sentido en el amor, será fruto de estar juntos y unidos en otro.

Hans Urs Von Balthasar

domingo, 12 de diciembre de 2010

Desde el corazón mismo de la vida

"Los consagrados y las consagradas de este tiempo buscamos ser discípulos del amor, más que maestros. Sabemos muy bien que aprender a amar de verdad sólo es posible cuando dejamos atrás los modos conocidos y sabidos de la gramática del amor de nuestra cultura y nos adentramos en el territorio de lo que está por conocer. El discipulado es la condición de nuestro ser amante: siempre en proceso de aprendizaje, como los niños en la escuela, como los jóvenes en la vida o los adultos en su momento de madurez.

Ten el valor de estar solo. (RAHNER).

“Ten el valor de estar solo. Sólo si lo consigues realmente, sólo si lo llegas a saber hacer cristianamente, podrás también abrigar la esperanza de regalar un corazón navideño –un corazón dulce, paciente, valientemente recogido, tierno sin melosidad- a aquellos a quienes te esfuerzas por amar. Este es el regalo que debes poner bajo el árbol de Navidad, y de lo contrario serán los demás regalos sólo gastos inútiles que también pueden hacerse en otras épocas del año. ¡Animo, pues!, y aguanta un rato a solas contigo mismo. Quizás tengas, a pesar de todo, un cuarto donde puedas estar solo. O conozcas un camino solitario, una iglesia silenciosa. Ahora no hables ya, no hables contigo siquiera, ni con esos otros con los que disputamos y nos peleamos aunque no estén presentes. Aguarda. Escucha. Y no aguantes ese silencio para hablar después de él. Tienes que adentrarte tanto en él, que te decidas a no salir de él hasta que de la llamada ocurrida en ese silencio, en el seno de la silenciosa infinitud, hayas hecho tu última palabra, la que se mantiene en sí misma, que existe en sí y no para otra cosa, que nadie necesita oír más que aquel para quien vale de verdad. Resiste, pues, y cállate, y espera.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Immacolata...


Donna dell'unico cammino.
Maria per i cristiani, gli ebrei, i musulmani.

Chi è questa Donna di cui tutti conosciamo il nome e ci viene incontro quando pochi giorni ci separano dalla festa di Natale, o meglio, dal giorno in cui la Donna, Mirjam di Nazaret, darà alla luce il Figlio Gesù Cristo?
La grande tradizione rabbinica insegna e tramanda lo sguardo dell'Altissimo sul popolo e sulla storia ed in tempi tanto travagliati come i nostri, diventa un balsamo: "Se il mio servo mi si avvicina di una spanna, io mi avvicinerò a lui di un cubito; se lui si avvicina di un cubito, io mi avvicinerò a lui di un braccio; se lui viene verso di me camminando, io andrò da lui correndo".

Egli, l'Immanuel, il "Dio con noi", correndo incontro a noi, così smarriti e tenebrosi, così avvinghiati alla nostra economia in sfacelo, alla politica che svela le sue crepe profonde, alla fame che decima le popolazioni, alle guerre senza fine che impediscono alle generazioni di conoscere la pace, alle religioni monoteiste che non si accettano e non si comprendono, ci dona una Donna, ponte fra il Primo e il Secondo Testamento, il cui nome contiene in sé l'intero mistero della salvezza.

Deserto...

Bisogna passare per il deserto e soggiornarvi per ricevere la grazia di Dio: è là che ci si svuota, che si caccia da sé tutto ciò che non è Dio e che si svuota completamente questa piccola casa della nostra anima per lasciare tutto il posto a Dio solo… Gli Ebrei sono passati per il deserto, Mosè ci è vissuto prima di ricevere la sua missione, san Paolo all’uscita di Damasco è andato a passare tre anni in Arabia. È indispensabile. È un tempo di grazia. È un periodo attraverso il quale ogni anima che vuole portare dei frutti deve necessariamente passare.
Ch. de Foucauld.

martes, 7 de diciembre de 2010

La Inmaculada Concepcion.


La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que declara que por una gracia singular de Dios, María fue preservada de todo pecado, desde su concepción.
Como demostraremos, esta doctrina es de origen apostólico, aunque el dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus.


"...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina

que sostiene que la beatísima Virgen María fue

preservada inmune de toda mancha de la culpa

original en el primer instante de su concepción por

singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en

atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del

género humano, está revelada por Dios y debe ser

por tanto firme y constantemente creída por todos

los fieles..."(Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)


La Concepción: Es el momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida humana.
Cuando hablamos del dogma de la Inmaculada Concepción no nos referimos a la concepción de Jesús quién, claro está, también fue concebido sin pecado. El dogma declara que María quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de gracia" desde su concepción.

domingo, 5 de diciembre de 2010

La retorica del Natale.

Chi stiamo attendendo? Posto che noi si stia attendendo.Una grande figura di monaco ad un giovane che gli chiedeva «Tu credi in Dio?» rispondeva: «Tutte le sere me lo chiedo!».Se è un interrogativo quotidiano e serale, quando la giornata si chiude al lavoro e si apre all’ascolto di quelle voci che il rumore del quotidiano soffocano, quanto mai sarà più pertinente in una notte come quella di Natale.A me, personalmente, il clima natalizio o meglio, il presunto clima natalizio, non suscita alcuna postura di ascolto libero e vigilante.La fatica per liberarsi dagli orpelli è troppa: la stucchevole rappresentazione di un mistero che eccede ed abbaglia e viene ridotto, troppo spesso, a fanciullaggini; lo sfolgorio delle luci che troppo richiama il Lunapark e la sua dissipatezza; i poveri alberi che hanno smarrito i loro segni simbolici per acquisire solo un addobbo; e potrei continuare a lungo.La nudità dello spirito e la povertà concreta dove sono? Quelle che dilatano lo spirito?
L’Infinito si riduce nel finito: solo questo aspetto dovrebbe far tremare le vene ai polsi e scardinare ogni mentalità che si confronti con il pensiero corrente.La troppa leggerezza nel considerare e nell’abbandonarsi ad un romanticismo sciropposo che non può che essere dannoso, copre di polvere un momento della storia che, a suo modo, squarcia le tenebre di chi crede.

¿Dios...?

Los ateos piensan que Dios no existe. Los agnósticos dicen que Dios no habla. Los creyentes creen que Dios no calla.
¿Por qué nos preguntamos necesariamente sobre Dios? José Ramón Ayllón nos da siete respuestas:

En primer lugar, porque nos gustaría descifrar el misterio de nuestro origen y saber quiénes somos. Dice Borges, en tres versos magníficos: Para mí soy un ansia y un arcano, / Una isla de magia y de temores, / Como lo son, tal vez, todos los hombres.

En segundo lugar, porque desconocemos el origen del Universo y porque su misma existencia escapa a cualquier explicación científica. Afirma Stephen Hawking que la ciencia, aunque algún día llegue a contestar todas nuestras preguntas, jamás podrá responder a la más importante: Por qué el Universo se ha tomado la molestia de existir.

En tercer lugar, porque el Universo es una gigantesca huella.

Predicación del Bautista.

Espera de Dios y conversión:
La predicación de Juan, mientras nos recuerda que la venida de Dios en nuestra vida es siempre inminente, nos invita también con energía a la penitencia que purifica el corazón lo vuelve capaz del encuentro con Jesús que viene al mundo de los hombres y lo abre a la esperanza y al amor universal.
Tiene una frase el cardenal Newmann que nos puede ayudar a comprender esta nueva orientación que la Palabra de Dios intenta sugerir como urgente: “Aquí en la tierra vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces”. Cambiar se ha de entender en la óptica de la conversión; un cambio íntimo del corazón del hombre. Vivir es cambiar. En el momento en que este deseo de cambiar desaparece, tú ya no eres un vivo. Una confirmación se nos da en el Apocalipsis cuando el Señor dice: “Parece que estás vivo, pero estás muerto” (3,1) Además “ser perfecto es haber cambiado muchas veces”. Parece que el cardenal Newmann quisiera decir: “ El sentido del tiempo es mi conversión” También este tiempo de adviento se mide en función del proyecto que Dios tiene sobre mí. Debo continuamente abrirme a la novedad de Dios, estar disponible a dejarme renovar por Él.

Adviento...

“Nuestro Adviento no es una celebración de valores tradicionales meramente culturales, por grandes y dignos de perpetuación que sean. El adviento no es un mero retorno, una repetición, una renovación de lo antiguo. No puede ser el regreso a la infancia personal o social. La venida del Señor, que es lo mismo que Su “presencia”, es la venida de lo nuevo, no la renovación de lo viejo”.
"Nuestra tarea es buscar y encontrar a Cristo en nuestro mundo tal y como es y no como podría ser. El hecho de que el mundo sea diferente de lo que podría ser no altera la verdad de que Cristo está presente en él, y que Su plan no ha fracasado ni cambiado: en efecto, todo se hará conforme a Su voluntad. Nuestro adviento es la celebración de esa esperanza. Lo que es incierto no es la "venida" de Cristo sino nuestra acogida a Él, nuestra docilidad y capacidad de salir a Su encuentro".

jueves, 2 de diciembre de 2010

Attendere...

Non siamo in grado di muoverci verticalmente. Non possiamo fare neppure un passo verso il cielo. Dio attraversa l’universo e viene fino a noi. Al di là dello spazio e del tempo infinito, l’amore infinitamente più infinito di Dio viene ad afferrarci. Viene quando è la sua ora. Noi abbiamo facoltà di acconsentire ad accoglierlo o di rifiutare. Se restiamo sordi, egli torna e ritorna ancora, come un mendicante; ma un giorno, come un mendicante non torna più. Se noi acconsentiamo, Dio depone in noi un piccolo seme e se ne va. Da quel momento, a Dio non resta altro da fare, e a noi nemmeno, se non attendere. Dobbiamo soltanto non rimpiangere il consenso che abbiamo accordato, il “sì” nuziale…
Simone Weil

martes, 30 de noviembre de 2010

Mio Signore, mio amato...

Mio Signore, mio amato, se non compi quello che io ti chiedo perché ancora ti ricordi dei miei peccati, fai pure, o Dio mio, riguardo ad essi la tua volontà, che è quanto io cerco di più; usa la tua bontà e misericordia e sarai conosciuto in essi. E se tu attendi le mie opere per concedermi ciò di cui ti prego, concedimele e compile tu e vengano pure le pene che tu desideri accettare da me, ma se tu non aspetti le mie opere, che cosa aspetti, o clementissimo mio Signore? Perché tardi? Se infine deve essere grazia e misericordia quella che ti chiedo nel tuo Figlio, accetta il mio piccolo contributo perché lo vuoi e concedimi questo bene, poiché vuoi anche questo.Chi potrà mai liberarsi dal suo modo di agire e dalla sua condizione imperfetta, se tu, o Dio mio, non lo sollevi a te in purezza di amore? Come si innalzerà a te l'uomo generato e cresciuto in bassezza, se tu o Signore, non lo sollevi con la mano con cui lo creasti? Non mi toglierai, Dio mio, quanto una volta mi hai dato nel tuo unico Figlio Gesù Cristo, nel quale mi hai concesso tutto ciò che io desidero; perciò io mi rallegrerò pensando che tu non tarderai, se io attendo. Perché indugi a lungo, potendo tu subito amare Dio dentro il tuo cuore? Miei sono i cieli e mia la terra, miei sono gli uomini, i giusti sono miei e miei i peccatori. Gli angeli sono miei e la Madre di Dio, tutte le cose sono mie. Lo stesso Dio è mio e per me, poiché Cristo è mio e tutto per me. Che cosa chiedi dunque e che cosa cerchi, anima mia? Tutto ciò è tuo e tutto per te. Non ti fermare in cose meno importanti e non contentarti delle briciole che cadono dalla mensa del Padre tuo. Esci fuori e vai superba della tua gloria. Nasconditi in essa e gustala e otterrai quanto chiede il tuo cuore.

san Giovanni della Croce

lunes, 29 de noviembre de 2010

La oración...


Puede resultar extraño que nos exhorte a orar aquel que conoce nuestras necesidades antes de que se las expongamos, si no comprendemos que nuestro Dios y Señor no pretende que le descubramos nuestros deseos, pues él ciertamente no puede desconocerlos, sino que pretende que, por la oración, se acreciente nuestra capacidad de desear, para que así nos hagamos más capaces de recibir los dones que nos prepara. Sus dones, en efecto, son muy grandes, y nuestra capacidad de recibir es pequeña e insignificante. Por eso, se nos dice: Ensanchaos; no os unzáis al mismo yugo con los infieles.

Cuanto más fielmente creemos, más firmemente esperamos y más ardientemente deseamos este don, más capaces somos de recibirlo; se trata de un don realmente inmenso, tanto, que ni el ojo vio, pues no se trata de un color; ni el oído oyó, pues no es ningún sonido; ni vino al pensamiento del hombre, ya que es el pensamiento del hombre el que debe ir a aquel don para alcanzarlo.

Así, pues, constantemente oramos por medio de la fe, de la esperanza y de la caridad, con un deseo ininterrumpido. Pero, además, en determinados días y horas, oramos a Dios también con palabras, para que, amonestándonos a nosotros mismos por medio de estos signos externos, vayamos tomando conciencia de cómo progresamos en nuestro deseo y, de este modo, nos animemos a proseguir en él. Porque, sin duda alguna, el efecto será tanto mayor, cuanto más intenso haya sido el afecto que lo hubiera precedido. Por tanto, aquello que nos dice el Apóstol: Sed constantes en orar, ¿qué otra cosa puede significar sino que debemos desear incesantemente la vida dichosa, que es la vida eterna, la cual nos ha de venir del único que la puede dar?

San Agustín."Carta a Proba"

Ricordi...


"Ci vuole un minuto per notare una persona speciale,

un'ora per apprezzarla, un giorno per volerle bene,

ma poi tutta la vita per dimenticarla"

(Charlie Chaplin)

domingo, 28 de noviembre de 2010

Avvento, desiderio di Dio su di te.


Ed ecco arriva di nuovo l'Avvento, il tempo dell'attesa e dello sguardo proiettato verso il futuro. Avvento: tempo dei desideri piccoli e smisurati, dei desideri drammatici di chi ha fame di pane e di giustizia, di chi cerca ragioni per vivere, di chi, stanco della notte, vorrebbe affrettare il giorno: "Svegliatevi arpa e cetra, voglio svegliare l'aurora" (Salmi, 107, 3).

Avvento, tempo del tuo desiderio ma anche del desiderio di Dio su di te. Tu che desideri un futuro migliore per te, e Dio che desidera dare il futuro migliore a tutti. Tu non sai che cosa chiedere, Lui sa che cosa darti. Tu che desideri ricevere, Lui che ti viene incontro, per proporti di costruire assieme un futuro nuovo. Dall'incontro dei due desideri sboccia la speranza.

L'Avvento si colora di speranza quando ti rendi conto che il tuo desiderio non si esaurirà nel vuoto, né si disperderà al vento, quale sogno illusorio e inconsistente, perché si incontra con il desiderio di Dio

Para ser discipulos...

"Para los discípulos que quieren seguir e imitar a Cristo, el servir a los hermanos ya no es una mera opción, sino parte esencial de su ser. Un servicio que no se mide por los criterios mundanos de lo inmediato, lo material y vistoso, sino porque hace presente el amor de Dios a todos los hombres y en todas sus dimensiones, y da testimonio de Él, incluso con los gestos más sencillos. Al proponer este nuevo modo de relacionarse en la comunidad, basado en la lógica del amor y del servicio, Jesús se dirige también a los «jefes de los pueblos», porque donde no hay entrega por los demás surgen formas de prepotencia y explotación que no dejan espacio para una auténtica promoción humana integral. Y quisiera que este mensaje llegara sobre todo a los jóvenes: precisamente a vosotros, este contenido esencial del Evangelio os indica la vía para que, renunciando a un modo de pensar egoísta, de cortos alcances, como tantas veces os proponen, y asumiendo el de Jesús, podáis realizaros plenamente y ser semilla de esperanza."


Benedicto XVI, 6 de noviembre de 2010, homilía en la Plaza


del Obradoiro de Santiago de Compostela

La noción de hombre en el pensamiento de San Agustín


Toda gran filosofía reposa sobre un primer supuesto más o menos tácito: la visión del hombre. Para Agustín hablar del hombre es hablar de sí mismo en el nivel de individuo (Confesiones) o a escala de humanidad (La Ciudad de Dios). Las dos cuestiones de su filosofía son el hombre y Dios. Pero todos sus problemas pasan por la encrucijada del hombre. Ya adquirió esta certeza mirando al hombre interior y por autorreconocimiento del yo. De ahí que se quiera ver en Agustín la primera antropología del pensamiento cristiano, mientras se trazan sus líneas maestras. Agustín, ciertamente, es presa del estupor, la admiración y sorpresa ante el enigma del hombre y su misterio: «magna quaestio» -dirá- (Sermón 126, 3,4), «magna natura est». Subraya -como Heráclito- la magnitud y profundidad interior del hombre: «no logro realmente comprender todo lo que soy»; se ha vuelto para sí mismo cuestión, «tierra de dificultad y excesivo sudor». La vastedad de su memoria le horroriza y espanta. El hombre es el mayor milagro. Volcado al exterior, olvida el hombre el maravilloso espectáculo de su interior, como reza el célebre texto que Petrarca leerá impresionado. Urge recobrar la mirada al hombre apartándose del sentido y retornando a la interioridad.Es evidente que nos enfrentamos a un asunto de notable complejidad. Agustín no sistematizó su reflexión sobre el hombre. No era él pensador de sistema ni disciplinado como escritor y la magnitud del tema demanda estudio ulterior. El hombre es ser problemático. Agustín lo considera desde la filosofía y la teología. Como filósofo agita multitud de cuestiones que aquí sólo puedo enumerar. 1) El puesto del hombre en el mundo: «in quadam medietate» entre Dios y lo corpóreo (Ep.140,3), síntesis de los entes. 2) El lenguaje, cuya teoría sintetiza De magistro, como sistema de signos convencionales. 3) La «imago Dei» en el alma, amplísimamente estudiada en “De Trinitate”, resonando el viejo tema de la asimilación a Dios.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Nuestra personalidad

La subjetividad personal es el ámbito interior de la persona. Está constituido por el conjunto de las vivencias del sujeto personal. Estas vivencias se componen de una gran riqueza de contenidos psíquicos de diversa naturaleza: representaciones sensibles, emociones, sentimientos, afectos, pasiones... Además la mente humana concibe ideas e intuiciones sobre la realidad, elabora juicios, toma decisiones, realiza actos de voluntad como querer, amar, y muchas otras actividades. Todo eso forma parte de la subjetividad de cada individuo personal. Cada persona vive de alguna manera inmersa en su propia subjetividad.

De manera simplificada se puede decir que la intimidad se compone de afectos, ideas y voliciones. Afectividad, inteligencia y voluntad son las fuentes principales que nutren la intimidad humana. Cada hombre debe desarrollar estas capacidades fundamentales y debe establecer una correcta armonía entre las tres.

La madurez es fruto del equilibrio de las tres facultades señaladas. Cuando alguna de las tres se desintegra de las demás se cae en ciertas deformaciones del carácter como las siguientes:

Sentimentalismo: configura un carácter en el que la conducta humana depende primordialmente de la afectividad. Todo se valora y mide por el modo en que se siente y percibe la realidad según la afectividad. La persona subyugada primordialmente por la dinámica afectiva tiende a ser irascible, apasionada, voluble...

jueves, 25 de noviembre de 2010

Mira al cielo. Santa Clara de Asis.


Oh carísima, mira al cielo que nos invita, y toma la cruz y sigue a Cristo (cf. Lc 9,23), que nos precede; porque, tras diversas y numerosas tribulaciones, por él entraremos en su gloria (cf. Hch 14,21; Lc 24,26). Ama con todas tus entrañas a Dios y a Jesús, su Hijo, crucificado por nosotros pecadores, y que su memoria no se aparte nunca de tu mente; procura meditar continuamente los misterios de la cruz y los dolores de la madre que está de pie junto a la cruz (cf. Jn 19,25). Ora y vela siempre (cf. Mt 26,41). Y la obra que has comenzado bien, llévala a cabo con empeño, y cumple el ministerio que has asumido en santa pobreza y en humildad sincera (cf. 2 Tim 4,5.7).

CARTA A ERMENTRUDIS [CtaCla5]

miércoles, 24 de noviembre de 2010

"Seréis como dioses"


La ambición del hombre le puede conducir al error.

"Seréis como dioses" (Gen 3,5) fue el argumento decisivo que utilizó el demonio para que el primer hombre cayera en la tentación. El error humano, sin embargo, no consistió en querer ser igual a Dios.

En sí mismo esto no está mal; es más, Jesucristo nos invita a imitar a Dios y a ser perfectos como Él (cf. Mt 5,48) ¿A qué otra creatura mejor podríamos dirigir nuestra mirada para buscar asemejarnos? Si Dios es lo que es, entonces debe ser ciertamente el auténtico modelo que nuestra vida.

¿Cuál fue entonces el error de Adán? Adán tenía una idea equivocada de lo que era Dios. Para él, ser dios significaba ser un patrón, dueño y señor de todo. Para su raquítica medida, la Divinidad era vista como omnipotente, omnisciente, gobernadora de toda la creación: un jefe y ya.Este sería el concepto que el primer hombre tuvo del Creador; esto fue lo que quiso ser y precisamente en esta concepción reduccionista radicó su error. Adán no reconoció que Dios era en primer lugar y sobre todo Amor, y amor de donación, generosidad, entrega y sacrificio. No supo descubrir que la creación no era sólo un acto de poder y dominio inigualables, sino ante todo un acto de amor gratuito.

El secreto de este primer fracaso por ansiar conseguir cómodamente la felicidad estuvo en esa noción pobre y restringida de lo que era el Creador; y al error conceptual siguió el pecado del espíritu, la hybris (desenfreno).Muchos siglos después de este relato bíblico, el ser humano no ha cambiado mucho y seguimos tropezando en la misma piedra. Queremos ser como dioses, pero dioses poderosos, justicieros, controladores de las leyes naturales y de la moral a merced de nuestra arbitrariedad y extravagancia. Queremos tener en nuestras manos la decisión sobre la vida, sobre la muerte.Nuestra ambición se reduce a suplantar el lugar de aquel ser que, visto de modo erróneo, sería poseedor, dueño de todo, alguien que rige el mundo a su antojo; un dios que realmente no existe sino en las historias de la mitología griega: caprichoso, maniático, sensual.

martes, 23 de noviembre de 2010

Restaurar la imagen de Dios.


Por el Verbo se restaura en el hombre la imagen de Dios.

Si ha llegado a desaparecer la figura de un retrato sobre tabla a causa de la suciedad que se le ha acumulado, será necesario que se presente de nuevo la persona de quien es el retrato, a fin de que se pueda restaurar su misma imagen en la misma madera. La madera no se arroja, pues tenía pintada en ella aquella imagen: lo que se hace es restaurarla. De manera semejante, el Hijo santísimo del Padre, que es imagen del Padre, vino a nuestra tierra a fin de restaurar al hombre que había sido hecho a su imagen. Por esto dijo a los judíos: «Si uno no renaciere...» (Jn 3, 5): no se refería al nacimiento de mujer, como imaginaban aquellos, sino al alma que había de renacer y ser restaurada en su imagen. Una vez que la locura idolátrica y la impiedad habían ocupado toda la tierra, y una vez que había desaparecido el conocimiento de Dios, ¿quién podía enseñar al mundo el conocimiento del Padre?... Para ello se necesitaba el mismo Verbo de Dios, que ve la mente y el corazón del hombre, que mueve todas las cosas de la creación y que por medio de ellas da a conocer al Padre. ¿Y cómo podía hacerse esto? Dirá tal vez alguno que ello podía hacerse por medio de las mismas cosas creadas, mostrando de nuevo a partir de las obras de la creación la realidad del Padre. Pero esto no era seguro, pues los hombres ya lo habían descuidado una vez, y ya no tenían los ojos levantados hacia arriba, sino dirigidos hacia abajo. Consiguientemente, cuando quiso ayudar a los hombres, se presentó como hombre y tomó para sí un cuerpo semejante al de ellos. Así les enseña a partir de las cosas de abajo, es decir, de las obras del cuerpo, de suerte que los que no querían conocerle a partir de su providencia del universo y de su soberanía, por las obras de su cuerpo conocerán al Verbo de Dios encarnado, y por medio de él al Padre. Así, como un buen maestro que se cuida de sus discípulos, a los que no podían aprovecharse de las cosas mayores, les enseña con cosas más sencillas poniéndose a su nivel....

San Atanasio.

Tinieblas...


Dios mío, creo firmemente
que tú puedes iluminar mi oscuridad,
que solamente tú puedes hacerlo.
Yo deseo, con todas mis fuerzas,
que se disipen mis tinieblas interiores.
Desconozco los caminos que has dispuesto para mí,
pero sé que tu poder y mi anhelo son razones suficientes
para pedirte lo que no puedes dejar de concederme.
Te prometo, desde ahora mismo, que,
ayudado por esta gracia que te estoy pidiendo,
abrazaré todo cuanto perciba como verdad cierta.
Y con tu auxilio, combatiré el peligro de engañarme
y dejarme llevar por lo que apetece a la naturaleza,
en contra de lo que la razón aprueba.
Card. Newman

lunes, 22 de noviembre de 2010

Il Papa, la Chiesa e i segni dei tempi


Luce del mondo è il titolo con il quale sta per essere pubblicato il libro che raccoglie la conversazione di Benedetto XVI con il giornalista e scrittore tedesco Peter Seewald.

La nuova opera, edita in italiano dalla Libreria Editrice Vaticana, uscirà in contemporanea in altre lingue il prossimo 23 novembre e ha come sottotitolo Il Papa, la Chiesa e i segni dei tempi. Nei 18 capitoli che lo compongono, raggruppati in tre parti - "I segni dei tempi", "Il pontificato", "Verso dove andiamo" - Benedetto XVI risponde alle più scottanti questioni del mondo di oggi. Del libro (pagine 284, euro 19,50) anticipiamo alcuni stralci.


La gioia del cristianesimo.
Tutta la mia vita è sempre stata attraversata da un filo conduttore, questo: il cristianesimo dà gioia, allarga gli orizzonti. In definitiva un'esistenza vissuta sempre e soltanto "contro" sarebbe insopportabile.


Un mendicante.
Per quel che riguarda il Papa, anche lui è un povero mendicante davanti a Dio, ancora più degli altri uomini. Naturalmente prego innanzitutto sempre il Signore, al quale sono legato, per così dire, da antica amicizia. Ma invoco anche i santi. Sono molto amico di Agostino, di Bonaventura e di Tommaso d'Aquino. A loro quindi dico: "Aiutatemi"! La Madre di Dio, poi, è sempre e comunque un grande punto di riferimento. In questo senso, mi inserisco nella Comunione dei Santi. Insieme a loro, rafforzato da loro, parlo poi anche con il Dio buono, soprattutto mendicando, ma anche ringraziando; o contento, semplicemente.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Sete.


Ecco dunque la sola cosa che Gesù vuole da noi; non ha affatto bisogno delle nostre opere, ma solo del nostro amore, poiché lo stesso Dio che afferma che non è tenuto a dirci se ha fame, non teme di mendicare un poco di acqua alla Samaritana. Egli aveva sete… Ma dicendo: “dammi da bere”, il Creatore dell’uni­verso reclamava l’amore della sua povera creatura. Egli aveva sete d’amore… Ah! lo sento più che mai: Gesù è assetato, e non trova che ingrati e indifferenti fra i discepoli del mondo; quanto ai suoi stessi discepoli, trova, ahimè! pochi cuori che si affidino a lui senza riserve, che comprendano tutta la tenerezza del suo Amore infinito.

Teresa di Gesù Bambino del Volto Santo

viernes, 19 de noviembre de 2010

El arrepentimiento...


Hay dos formas de arrepentimiento: una es temporal o sensible, la otra divina y sobrenatural. El arrepentimiento temporal se va sumergiendo continuamente en penas cada vez mayores y le produce al hombre una aflicción tal como si tuviera que desesperarse ahora mismo, y en este caso el arrepentimiento se detiene en la pena y no progresa. Con esto no se llega a ninguna parte.Mas el arrepentimiento divino es muy distinto. Tan pronto como el hombre siente un desagrado, se eleva en seguida hacia Dios y se afianza en una voluntad inquebrantable de dar por siempre la espalda a todos los pecados. Y al hacerlo se eleva hacia una gran confianza en Dios y adquiere una gran seguridad; y de ello proviene una alegría espiritual que sube al alma por encima de toda pena y aflicción, y la vincula firmemente con Dios.

Meister Eckart

Fasi della vita...


"Quando nel mio corpo o nel mio spirito inizia a mostrarsi l'avanzare dell'età, quando i mali, che ci sminuiscono e ci trascinano via, piombano su di me dal di fuori o sorgono dentro di me, nel momento doloroso in cui improvvisamente divento cosciente che sono malato e invecchio, specialmente in quel momento in cui sento che sfuggo a me stesso...in tutte queste ore oscure fammi capire, o Signore, che sei Tu a condurre tra sofferenze e dolori le fasi della mia vita, per penetrare fino alle midolla del mio essere e attirarmi a Te".

Pierre Teilhard de Chardin

lunes, 6 de setiembre de 2010

La aridez...



La aridez, por tanto, no debe tomarse en principio como una penitencia o un destino trágico. Hay que tomarla como "la forma cotidiana normal" del amor, que en el fondo suele comenzar con sus formas excepcionales para aterrizar por este rodeo en normalidad. Por eso la aridez en la contemplación nada tiene de temible y alarmante ; al contrario, es elemento confirmatorio; pero así como el amor no sucumbe a lo cotidiano y se trasluce en mil ocurrencias y se configura a diario con mil menudencias, así ocurre también con la contemplación. Diariamente debe el orante ponerse en la presencia del Dios eternamente joven, que nunca envejece; los prados de Dios florecen con el mismo colorido y esplendor de siempre y brindan nuevas insinuaciones al hombre que quiere servirse de ellas. Su cansancio, su tedio, su desaliento, su amargura, son cosas suyas, y como Dios todo lo dispone para aliviarle a él, cansado y fatigado, no puede quejarse contra Dios. Tiene que amonestarse y reprenderse a sí mismo y arrojar de sí lo que le oprime y arrastra hacia abajo. Tiene que darse y comenzar de nuevo.

La oración contemplación. Hans Urs Von Balthasar, Madrid, Encuentro, 2007, p 97

jueves, 2 de setiembre de 2010

La union del alma con Cristo.


La unión del alma con Cristo es diferente de la comunión entre dos personas terrestres: empieza con el bautismo y se refuerza constantemente con los demás sacramentos; es una integración y una inyección de sabia –como nos lo dice el símbolo de la vid y los sarmientos (Jn 15). Esta unión con Cristo comporta un acercamiento de cada uno de los miembros con todos los demás cristianos. Así la Iglesia toma la figura de Cuerpo místico de Cristo. Este Cuerpo es un cuerpo viviente y el espíritu que lo anima es el espíritu de Cristo, el cual, partiendo de la cabeza se desliza hacia todos los miembros; el espíritu que emana de Cristo es el Espíritu Santo, y la Iglesia es, pues, el templo del Espíritu (cf 1C 6,19).

Santa Teresa benedicta de la cruz.

La paz


La paz es la sencillez del corazón, la serenidad de la mente, la tranquilidad del alma, un vínculo de amor. La paz significa el orden, la armonía en todo nuestro ser; significa la permanente aceptación serena que proviene de una buena conciencia; es la santa alegría del corazón donde Dios reina. La paz es el camino hacia la perfección; realmente sólo en la fe se puede encontrar la perfección. El demonio, que sabe muy bien todo esto; hace todo lo posible para que perdamos la paz.

domingo, 27 de junio de 2010

Gesu!!!


Senza posa, Signore Gesù Cristo, tu mi interpelli e mi domandi: “Chi dici che io sia?”. Tu sei colui che mi ama fino alla vita che non finisce. Tu apri davanti a me la strada del rischio. Tu mi precedi nel cammino della santità, dov’è beato chi muore per amore, dove il martirio è l’ultima risposta. Di giorno e di notte tu preghi in me senza che io sappia come. Il mio balbettare è la preghiera: chiamarti con il solo nome di Gesù mi conduce alla comunione con te. Tu sei colui che, ogni mattina, mi pone al dito l’anello del fglio prodigo, l’anello della festa. Instacabile, tu mi cercavi. Perché ho esitato di nuovo, chiedendo un po’ di tempo per occuparmi dei miei affari? Dopo aver messo mano all’aratro, perché mi sono voltato indietro? Quasi senza accorgermene mi rendevo inadatto a seguirti. Eppure, senza averti visto, ti ho amato.
(R. Schutz)

Fallece José María Díez Alegría, un precursor de la Teología de la Liberación y un cristiano íntegro


“Reafirmo que mi fe en la resurrección se refiere con toda rotundidad y con íntimo gozo a Jesús. Se refiere también con fuerza a los pobres y marginados injustamente oprimidos.”
Madrid, 25 de junio de 2010 (Por Trastevere).- La pasada madrugada se nos ha ido José María Díez Alegría, a la edad de 98 años y tras una vida fecunda de entrega a los más necesitados. Fuentes de la familia confirmaron hoy el fallecimieno del sacerdote y teólogo, ex jesuita, que nunca tuvo pelos en la lengua para denunciar la injusticia y para reivindicar la radicalidad del Evangelio de Jesús.
Su muerte y el recuerdo de su vida y de su obra han saltado hoy a los medios informativos practicamente desde primeras horas de la mañana. “Alegría (al teólogo Díez-Alegría todos le llamaban Alegría) -ha escrito hoy Juan Bedoya en El País-, era un reputado profesor en la imponente Universidad Gregoriana de Roma cuando en la Navidad de 1972 publicó sin la censura previa obligada el libro ‘Yo creo en la esperanza’, que en apenas semanas dio la vuelta al mundo. Exclaustrado de la Compañía de Jesús para evitar males mayores con el Vaticano, regresó un año después a Madrid y se fue a vivir a una chabola del Pozo del Tío Raimundo, la barriada en la que otro jesuita, el famoso padre Llanos, ex capellán de Falange y ex amigo del dictador Francisco Franco, llevaba practicando una radical teología de la liberación desde 1955. Alegría, cuyo sentido del humor y paciencia evangélica no tenían límites, se hizo imprimir allí esta tarjeta de visitas: “José María Díez-Alegría. Doctor en Filosofía. Doctor en Derecho. Licenciado en Teología. Ex profesor de Ciencias Sociales en la Universidad Gregoriana. Jubilado por méritos de guerra incruenta. Calle Martos, 15. Pozo del Tío Raimundo”.
Una vida en el Pozo del Tío Raimundo
En el Pozo del Tío Raimundo, recuerda Juan Bedoya, Llanos y Alegría hicieron teología de liberación de la buena, a pie de obra, y entraron en la mitología popular. Su sensibilidad por las víctimas del sistema económico inhumano era ontológica. Una vez, en una sonada conferencia en la Cámara de Comercio de Madrid, Alegría dijo, ajeno a las consecuencias, que “la clase dirigente vive en situación de pecado”. Díez-Alegría no cesó de proclamar su convicción de que si un socialismo de rostro humano es muy difícil, un capitalismo de rostro humano es imposible.
Alegría ha fallecido en la residencia de los jesuitas de Alcalá de Henares. Decenas de discípulos, amigos y admiradores peregrinaban allí con frecuencia para disfrutar de su conversación, sabia, beatífica y pícara, sin pelos en la lengua, de una belleza incomparable. Hace unos meses empezó a declinar y a consumirse poco a poco. “Se nos está agotando Alegría”, corrió la voz. Anteayer ya no se esperaba más noticia que la de su muerte. Ocurrió esta mañana a las cinco.
Cuando fue expulsado hace 37 años de la Compañía de Jesús por publicar ‘Yo creo en la esperanza’, Alegría vivía en Roma y era un bullicioso profesor de la Gregoriana, es decir, un pensador lanzado a la fama. Tiempos del postconcilio, aunque ya se vislumbraban nubarrones en aquella primavera eclesial. Díez-Alegría pide permiso para editar su libro. No ha lugar, le dicen. Y toma una decisión que cambiaría su vida. El libro aparece en 1972 en la editorial Desclée de Brouwer, de Bilbao y se vendieron 200.000 ejemplares en numerosos idiomas. Su salto a la fama fue fulminante. Quince días más tarde, el periódico más vendido en Roma, Il Messagero, y el más importante de EE UU, The New York Times, tronaban: “El best seller de un jesuita español aclama a Marx y ataca a Roma”.
Díez-Alegría tardó poco en regresar a España y en “tomar la mejor decisión” de su vida, dijo más tarde. Se fue a El Pozo del Tío Raimundo, se quitó el bonete de jesuita, se pone la boina de cura y puso en práctica la teología que había enseñado en Roma. Cuando llegó a Madrid, el 24 de febrero de 1974, “una nube de periodistas le buscaba, como si fuera un famoso actor de cine”, recuerda Pedro Miguel Lamet, su biógrafo (Díez-Alegría. Un jesuita sin papeles. Editorial Temas de Hoy. 2005).
Pedro Miguel Lamet, compañero y amigo en este portal que sustenta este blog, ha escrito hoy en 21 que Alegría es “coherencia con el mensaje troncal del Evangelio”.
Les recomiendo la lectura del artículo de Lamet en su blog “El alegre cansancio, en el siguiente acceso “http://blogs.21rs.es/lamet/2010/06/25/la-alegria-infinita-de-diez-alegria/“, porque sin duda es quien mejor puede hablarles en este momento de este sacerdote que hizo de la Teología vida y de la práctica del Evangelio su razón de vivir, , y que en una entrevista en 2003, decía:
P. ¿En el Vaticano creen en Dios?
R. Bueno, eso sólo lo puede juzgar Dios. Yo creo que hay gente que sí. El Papa yo creo que cree en Dios. Ahora, con enorme respeto, sospecho que su fe en algunos aspectos peca de algo de fanatismo.
“P. ¿Y Dios cree en el Vaticano?
R. No. Dios no cree en el Vaticano.
P. ¿Echa de menos a san Ignacio?
R. A quien echo de menos, como cristiano y como sacerdote, es a Jesús de Nazaret”.
A la entrevista completa, que realizó la periodista Karmentxu Marín, el 13 de abril de 2003, pueden acceder en este link:
http://www.elpais.com/articulo/ultima/Dios/cree/Vaticano/elpepiult/20030413elpepiult_2/Tes
¡Descansa en paz!, amigo Díez-Alegría

martes, 15 de junio de 2010

El valor de la mirada humana


El fascinante e inefable misterio de los ojos del hombre ha sido fuente inagotable de inspiración de muchos artistas. Los científicos continúan descubriendo mundos desconocidos al estudiarlos. Sin embargo, alguno se preguntará por qué debemos maravillarnos de la mirada de las personas. ¿Acaso no tienen ojos también los gatos, los perros, los peces? Ellos también nos miran. Estamos tan acostumbrados a relacionarnos con el mundo por medio de la vista que a veces podemos olvidar el valor tan grande que tiene la mirada de una persona.

La mirada del hombre es capaz de contemplar

En la mirada de los hombres encontramos algo que va más allá de recibir ondas de luz, ordenarlas y formar imágenes. En ella descubrimos una huella de que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Podemos recordar aquellas palabras cuando Dios creó el mundo: “Vio lo que había hecho y era todo bueno”. La capacidad de contemplar es un don que Dios ha dado únicamente al hombre en esta tierra. Un animal nos puede ver pero nunca podrá entender nuestra mirada. Este regalo nos asemeja, aunque de manera lejana, a nuestro Creador.

Sólo el hombre puede mirar y descubrir la belleza en el mundo que nos rodea.

domingo, 13 de junio de 2010

Tenuti...


"Di fronte all'innegabile realtà per cui il mio essere è fugace, prorogato, per così dire, di momento in momento, e sempre esposto alla possibilità del nulla, sta l'altra realtà, altrettanto inconfutabile, che, nonostante questa fugacità, io sono e d'istante in istante sono conservato nell'essere e che in questo mio essere fugace colgo alcunchè di duratuo. Mi sento sostenuto e trovo in ciò riposo e sicurezza: non è la sicurezza, conscia di sè, dell'uomo che, con le proprie forze, sta su un terreno solido, ma è la dolce, beata sicurezza del bambino sorretto da un braccio robusto, sicurezza non meno ragionevole, se oggettivamente considerata. O sarebbe 'ragionevole' il bambino che vivesse nel timore continuo che la madre lo lasci cadere?"
(Edith Stein, Essere finito e essere eterno)

El abismo de Dios.


“La auténtica cima de mi vida está aún por llegar. Es el abismo del misterio de Dios, en que uno se precipita con la esperanza de ser acogido eternamente por su amor y su misericordia”

Karl Rahners

Palabras al silencio, Rahner/


“De tu mar solamente debía venir el rocío de tu suavidad sobre mi exiguo campo. En palabras humanas viniste a mí, porque tú, infinito, eres el Dios de Nuestro Señor Jesucristo. Él nos habló en palabras humanas, y ya no habrá de significar la palabra del amor lo que yo pudiera temer, porque cuando él dice que él, y tú en él, nos amas, entonces proviene esta palabra de un corazón de hombre. Y en un corazón de hombre, tal palabra sólo tiene un significado, sólo un significado bienhechor”

jueves, 10 de junio de 2010

Sobre la pobreza de espíritu. Maestro Eckhart


Beati pauperes spiritu, quonian ipsorum est regnum caelorum [Mt 5, 3]La bienaventuranza abrió su boca de sabiduría y dijo: "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos" [Mt 5, 3].

Todos los ángeles y los santos y todo cuanto jamás ha nacido debe callar cuando habla la sabiduría del Padre, pues toda sabiduría de los ángeles y de las criaturas es pura locura ante la sabiduría insondable de Dios. Ella ha dicho que los pobres son aventurados.
Ahora bien, hay dos tipos de pobreza: una pobreza exterior, que es buena y digna de elogio en la persona que la toma consigo por amor de Nuestro Señor Jesucristo, porque él mismo la asumió en la tierra. De esa pobreza no quiero decir nada más, pero hay todavía otra pobreza, una pobreza interior, es la que hay que entender en la palabra de nuestro Señor, cuando dice: "Bienaventurados son los pobres de espíritu".
Ahora os pido que seáis de la misma manera, para que entendáis estas palabras: pues, por la verdad eterna, os digo que si no os hacéis semejantes a esa verdad de la que ahora vamos a hablar aquí, no podréis comprenderme.Algunas personas me han preguntado qué es la pobreza en sí misma y qué es un hombre pobre. Vamos a responder.

miércoles, 2 de junio de 2010

Simplemente silencio.


"Es cierto que el silencio habla con sus mil voces y que en muchas circunstancias es el mejor mensaje que se puede transmitir. Hay un tiempo para todo: para hablar y para callar. Y no siempre es fácil soportar el silencio, es decir, mantenerse en él cuando nos invade el deseo de cubrirlo rápidamente, con alguna socorrida frase que nos saque del abismo de la incomodidad(…).

El silencio es realmente elocuente. Significa, ante todo, que estoy contigo.

Yo, toda mi persona, no sólo mi cabeza, capaz de preparar una frase más o menos oportuna. Indica respeto, actitud de escucha, aún cuando el otro no puede decir nada.

Porque se escucha también el silencio con un sexto sentido, con la empatía, con la observación. Soportar el silencio embarazante supone hacer un esfuerzo por entrar en el mundo interior aceptando la impotencia y asumiendo la distancia infinita que separa a una persona de otra.

La escucha, dice un autor, tiene lugar en el desierto porque la distancia entre los que comunican nunca será abolida del todo.

¿Quién no ha saboreado con otra persona un ratito de silencio mirándola a los ojos, con las manos juntas? ¿quién no lo ha dicho todo así alguna vez?".

José Carlos Bermejo

sábado, 29 de mayo de 2010

Los tres anillos, Giovanni Boccaccio




Años atrás vivió un hombre llamado Saladino, cuyo valor era tan grande que llegó a sultán de Babilonia y alcanzó muchas victorias sobre los reyes sarracenos y cristianos. Habiendo gastado todo su tesoro en diversas guerras y en sus incomparables magnificencias, y como le hacía falta, para un compromiso que le había sobrevenido, una fuerte suma de dinero, y no veía de dónde lo podía sacar tan pronto como lo necesitaba, le vino a la memoria un acaudalado judío llamado Melquisedec, que prestaba con usura en Alejandría, y creyó que éste hallaría el modo de servirle, si accedía a ello; mas era tan avaro, que por su propia voluntad jamás lo habría hecho, y el sultán no quería emplear la fuerza; por lo que, apremiado por la necesidad y decidido a encontrar la manera de que el judío le sirviese, resolvió hacerle una consulta que tuviese las apariencias de razonable. Y habiéndolo mandado llamar, lo recibió con familiaridad y lo hizo sentar a su lado, y después le dijo:

Parabola del Rey y el sabio.


Por un pequeño reinado de la antigüedad pasó alguna vez un sabio, que tenia la fama de resolver todos los enigmas que se le plantearan. El rey, que era un hombre de un gran temperamento, dominado de alguna manera por sus pasiones, lo mandó llamar y le pidió que le diera una fórmula para la felicidad. Entonces el sabio se retiró algunos meses hasta que volvió al reino, y le regaló al rey un anillo; junto con el anillo le regaló también la consigna de que leyera una inscripción interna (un pequeño letrero que sólo el rey podía leer) en los momentos de mayor euforia, de mayor éxito, así como en los momentos de mayor amargura, derrota y depresión. La gente empezó a notar que el rey en sus mejores y peores momentos miraba a su anillo y leía aquella inscripción interna y que con el paso del tiempo esa costumbre lo había transformado en un hombre mas sabio y justo, con mucha mayor capacidad de gobernar sanamente, aquella comunidad. Trascendió incluso en el reino que en la inscripción interna del anillo del rey había solamente tres palabras. Cuando murió el rey los habitantes del reino quisieron saber cual era la inscripción que había transformado la historia del rey y de alguna manera la de ellos también. Fueron a ver el anillo y en su parte interna encontraron escritas estas tres palabras: "esto también pasara". Estas palabras, en los momentos de mayor euforia y triunfo significaban para el rey la posibilidad de poner los pies en la tierra, así como en los momentos de dolor se transformaban en un símbolo de esperanza. En unos y en otros momentos le significaron la posibilidad de mirar hacia adentro y, desde el sentido del éxito interno, la ansiada fórmula de la felicidad.

Sucumbir. Meister Eckhart


Nuestro leal Dios permite que sus amigos a menudo sucumban a sus flaquezas únicamente para que carezcan de todo sostén que les permitiría reclinarse o apoyarse. Pues, a un hombre amante le daría una gran alegría poder hacer numerosas y grandes cosas, ya sea con vigilias, ayunos u otros ejercicios, y con cosas especialmente grandes y difíciles: todo esto da gran alegría, apoyo y esperanza de modo que sus obras le brindan sostén y apoyo y confianza. Justamente esto se lo quiere quitar Nuestro Señor y quiere ser, Él solo, su sostén y confianza. Y la única razón por que procede así, reside en su pura bondad y misericordia. Pues, fuera de su propia bondad no hay nada que lo mueva a Dios a hacer ninguna obra; nuestras obras no sirven en absoluto para que Dios nos dé o haga algo. Nuestro Señor quiere que sus amigos se desprendan de semejante sostén y por lo tanto se lo quita para que Él solo sea su sostén. Pues quiere darles algo grande y quiere hacerlo puramente por su libre bondad; Él habrá de ser su sostén y consuelo y ellos deben descubrir y considerar que son pura nada en medio de todos los grandes dones de Dios. Porque, cuanto más desnudo y libre sea el ánimo que se abandone a Dios, siendo sostenido por Él, tanto más hondo será colocado en Dios el hombre y será susceptible de hallar a Dios en todos sus preciosísimos dones. Pues el hombre ha de confiar sólo en Dios.

Meister Eckhart, en:TRATADOS PLÁTICAS INSTRUCTIVAS